Despùes de cuatro años (Ver: Las montañas de Cadalso. Sierra de Gata), decidimos volver a esta ruta.
No conocemos a nadie que la haya hecho desde entonces. Salimos de Cadalso a las 11.00 con intención de estar en el chiringuito de Hernán Pérez a las 14,30. Y eso es lo que hicimos cinco montañeros.
El cañón comienza en el molino de Mosco, que ya no se ve desde la pista de los Aradiles, atrapado como está por la maleza. Aquí comienza la parte más angosta, escarpada y salvaje de la ruta. Una especie de barranquismo sin mucho desnivel pero muy técnico, omnipresente el agua y con rocas de todos los tamaños, muchas de las cuales resbalan y al mínimo descuido te caes.
Caminar por aquí requiere de una gran concentración y aceptable forma física, no siendo apta para todo el mundo.
El cauce por el que vamos está aún más cubierto de vegetación que la vez anterior, las orillas son impenetrables en la mayoría del recorrido y hay que subir y bajar canchales sin descanso.
A cambio, el trayecto ofrece una belleza sin par, flora variada y cambiante que está poblando el río y conformando un espectacular bosque en galería. Lo arisco de muchas zonas deja las entrañas fluviales al aire en el Charco del Diablo, en los Aradiles y en otros recodos y meandros del cañón.
EL CHARCO DEL DIABLO CON SU BARCA
LOS ARADILES
En tres horas se llega al puente del Vado de la Tabla (Vaolatabla e incluso Valatabla) donde está la piscina natural de Herán Pérez con su chiringuito y donde procedimos a tomarnos unas merecidas cervezas, nos bañamos y comimos.
Es la Segunda travesía del Cañón del Arrago, nos ha gustado mucho, no hay duda de que volveremos en los próximos años
